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Sinopsis.
Cien pedazos.
En una ciudad -símbolo del primer mundo actual- el poder político quiere poner en marcha, porque las nuevas tecnologías lo permiten, un proyecto basado en las posibilidades de los teléfonos móviles para controlar a los ciudadanos, llamado “Sociedad del Piticlim”. Una tahúr del Partido, ya retirada, no está de acuerdo en que la tecnología suplante a la ideología y decide luchar contra ese diabólico proyecto. El aparato del Partido manda que sea asesinada -renovarse o morir- pero las cosas se complican. Los acontecimientos suceden, y son narrados, a través de las peripecias de unos personajes variopintos. Unos, advenedizos en esto de la política y, por lo tanto, débiles y vulnerables. Otros, viejos dinosaurios que controlan de manera inquietante a la prensa, a la policía y a los jueces.
La tensión narrativa es un in crescendo sin tregua que nos lleva hasta la última página para saber el desenlace de todos los nudos y de todos los personajes.
La obra, creo, tiene su público en aquellos lectores que estando interesados en historias de máxima actualidad, también esperan novelas con tono literario. Acción y lenguaje. Crudeza y ritmo. |